El origen de la tumba del Apóstol Santiago

Herodes decapitando al Apóstol Santiago.

Herodes decapitando al Apóstol Santiago.

    La verdad es que hacer una aproximación histórica a la Tumba del Apóstol Santiago no es algo fácil, sobre todo por la mezcla de historia y mitología que aporta la presencia de los restos del Apóstol Santiago en las tierras hispanas.

   Habría que empezar por el dato más antiguo escrito que tenemos de Santiago Apóstol, que es el dato de su martirio. Así nos cuenta el libro de Hechos de los Apóstoles en el capítulo 12:

En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles. Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan.

Este Jacobo, es Santiago, el hermano de Juan (Santiago es fruto de la unión en lengua romance de San Jacobo- Saint Iacobus). Tras la muerte y resurrección de Jesús en Jerusalén y tras la venida del Espíritu Santo los apóstoles comienzan una diáspora evangelizadora que tiene como epicentro Tierra Santa; generalmente mueren allá por donde predican. Y allí suelen ser enterrados y veneradas sus reliquias: Pedro y Pablo en Roma, Andrés en Acaya, en Grecia. Juan en Éfeso, Felipe en Turquía, Bernabé en Chipre, Tomás en la India, Mateo en Salerno, Bartolomé en Armenia… ¿Y Santiago el Mayor, el hermano de Juan? ¿Qué podemos decir de él? Ya sabemos que murió en Jerusalén, en torno al año 41-44 de nuestra era por Herodes Agripa I. Pero ¿dónde fue sepultado?

Aparición de la Virgen del Pilar al Apóstol Santiago.

Aparición de la Virgen del Pilar al Apóstol Santiago.

   La tradición cristiana lo sitúa predicando en Hispania. Según la tradición tras la muerte de Cristo, Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo, continúa inicialmente su labor apostólica en Jerusalén. Posteriormente, embarcó hasta alcanzar algún puerto de la actual Andalucía. Su misión evangelizadora comenzaría en el sur de Hispania para posteriormente desplazarse al norte por tierras portuguesas (Coímbra, Braga, etc.) llegando hasta Iria Flavia, ya en Galicia. Posteriormente se dirigiría hacia el este de la península (Lugo, Astorga, Zaragoza- donde se cuenta la aparición de la Virgen del Pilar-  y Valencia) para partir, de nuevo, hacia Palestina, desde la costa mediterránea española. A su llegada a Palestina fue decapitado por orden de Herodes Agripa I. Según siempre la tradición, su cadáver fue robado por los discípulos Atanasio y Teodoro y llevado en barco de nuevo a tierras españolas, en concreto a Iria Flavia (cerca de la actual Padrón). Para entender la razón del largo viaje emprendido por sus discípulos desde Palestina a las costas gallegas para dar sepultura al cuerpo de su maestro, tenemos que tener en cuenta la noticia de San Jerónimo, que ratifica que fue establecido, al disponerse la salida de los Apóstoles hacia todos los rumbos de la tierra, que al morir “cada uno descansaría en la provincia dónde había predicado el Evangelio”. Como Santiago el Mayor, según tradición, predicó en Hispania, allí habían de llevar su cuerpo sus discípulos. El caso, y esto sí que es curioso e histórico, en Jerusalén, lugar de su martirio, ni hay constancia ni existe actualmente un lugar de culto de los restos del apóstol  Santiago el Mayor.

    De la tradición de la predicación del apóstol Santiago el Mayor en Hispania contamos con el testimonio en el Breviario de los Apóstoles, de un texto latino redactado a finales del siglo VI, donde se habla de la predicación de Santiago en España y de su enterramiento en el Arca Marmárica. Este primer texto es una epístola sin fechar que se atribuye a León, obispo de Jerusalén, y se dirige a francos, vándalos, visigodos y ostrogodos y, por tanto, se puede situar en torno al año 500. Se habla de 4 puntos geográficos de importancia en la tradición del apóstol Santiago:

1. Iria-Padrón, sede episcopal.

2. Monte Sacro o Illicino.

3. Jerusalén, lugar de la muerte de Santiago.

4. Arcis Marmoricis, lugar del sepulcro.

Sepulcro del Apóstol Santiago

Sepulcro del Apóstol Santiago

    Cuenta el obispo León en dicha epístola que durante la celebración de un sínodo se le presentaron 4 de los 7 discípulos de Santiago. Aseguraban haber recogido el cadáver del Apóstol y que lo habían transportado en una nave guiada por la mano de Dios. Y en aquella barca llegaron a las tierras gallegas. En la última frase de la carta, León exhorta a la Cristiandad a acudir allí y orar porque «Ciertamente allí yace oculto Santiago». Las noticias de la epístola de León pasaron en seguida a los martirologios que circulaban por todo Occidente. En el siglo IX, en las anotaciones correspondientes al 25 de julio se lee el párrafo siguiente:

Natividad de Santiago. Sus sagrados huesos, trasladados a España y sepultados en sus regiones occidentales, son objeto de una celebérrima veneración.

    En los siglos VII-VIII, San Beda el Venerable (monje benedictino inglés- 672-735, Doctor de la Iglesia y gran historiador) describe con meticulosa precisión la localización exacta del cuerpo del Apóstol en Galicia. Queda recogido en el Codex Calixtinus, capítulo 1. Recoge San Beda el Venerable las distintas fechas que se celebran del apóstol: el 25 de marzo, coincidiendo con la Anunciación, se celebra el martirio del apóstol Santiago. El 25 de julio, según el calendario litúrgico romano, se celebra la llegada de los restos del apóstol al lugar actual de enterramiento. Y el 30 de diciembre, según el calendario litúrgico hispano o mozárabe, se celebra la sepultura del apóstol. Estas serán las tres fechas importantes de la memoria del apóstol Santiago, aunque la más importante en la historia de la Iglesia será la del 25 de julio, fecha según el calendario romano.

    Como último testimonio escrito de la tradición jacobea en Hispania, en el S. VIII el célebre Beato de Liébana: este era un monje en la comarca de Liébana (Cantabria). Entre sus obras destacan el Comentario al Apocalipsis de San Juan (Commentarium in Apocalypsin y, el Apologeticum adversus Elipandum, para enfrentarse a la herejía adopcionista del arzobispo de Toledo, Elipando. Se concede la autoría del himno “O Dei Verbum”, que está formado por frases y conceptos tomados del Comentario para ensalzar y promocionar el patronazgo de Santiago sobre la Hispania cristiana, necesitada de la ayuda divina (no olvidemos que estamos en una época de invasión musulmana). Así lo define:

¡Oh Apóstol, dignísimo y santísimo, cabeza refulgente y dorada de España, defensor poderoso y Patrono nuestro!

    ¿En qué consiste la tradición de la sepultura del apóstol Santiago en Santiago de Compostela? Podemos leerla en el capítulo III del Codex Calixtinus recientemente desaparecido:

Traslado del cuerpo del Apóstol Santiago tras su muerte.

Traslado del cuerpo del Apóstol Santiago tras su muerte.

    Santiago el Mayor, tras la muerte y resurrección de Jesús, predicó en Hispania donde hizo discípulos. Vuelto a Jerusalén es martirizado (decapitado) por Herodes Agripa. Sus discípulos (en concreto Atanasio y Teodoro) roban el cuerpo mártir del apóstol, lo embarcan en Joppe (Haifa) y en 7 días es conducida la barca hasta Iria Flavia. Allí, estos dos discípulos, custodios del cuerpo del apóstol, hablan con dos jefes locales: la jefa Lupa y un rey. Ambos quieren engañar a los discípulos de Santiago. Pero la mano de Dios les protege. Al final, unos toros bravos donados por la jefa Lupa, con mala intención, se amansan y llevan el arca con los restos del apóstol hasta un lugar donde los astados se detienen. Los discípulos, Atanasio y Teodoro, entienden que es voluntad de Dios que reposen allí los restos de Santiago el Mayor y construyen una pequeña Iglesia para albergar su sepulcro. Ellos, tras morir, descansarán también allí.

    ¿Es todo esto real? Sabemos que todo este conglomerado de relatos entra a formar parte de la historia de la Iglesia Hispana que, en momentos muy decisivos, encuentra en la aparición de la tumba del apóstol un estimulo para afrontar la conservación de su fe y la fuerza necesaria para hacer frente a la invasión musulmana. Remontémonos en la Historia: en el año 711, el caudillo Tariq derrota a Rodrigo, rey visigodo, en la batalla de Guadalete. Prácticamente aquella derrota supuso el fin del reino visigodo. Ese mismo año las tropas musulmanas conquistan la capital del reino, Toledo. La convivencia entre musulmanes y cristianos unas veces será beligerante, especialmente al principio (no olvidemos los numerosos mártires cristianos de estos años tanto en Toledo como en Córdoba). En otros momentos hubo posturas más condescendientes (como la del obispo Elipando de Toledo). El caso es que en poco más de diez años la mayor parte de la península ibérica está bajo el control musulmán.

    En el 722, otro caudillo del norte, cristiano, llamado Don Pelayo, hace frente al ejército musulmán infringiéndole una severa derrota. Es la conocida batalla de Covadonga. Instituido monarca de un reino recién estrenado, el Astur, se inicia una etapa nueva en nuestra historia: arranca la incipiente Reconquista. Poco a poco se irán recuperando territorios que pasan a estar bajo control astur. Frente a la identidad musulmana, la vivencia de la fe cristiana se convierte en seña de identidad.

Lluvia de estrellas que descubre a don Pelayo el lugar de la tumba del Apóstol Santiago.

Lluvia de estrellas que descubre a don Pelayo el lugar de la tumba del Apóstol Santiago.

    Es en este contexto histórico, cuando el año 813, un ermitaño llamado Pelayo, observa una noche una peculiar caída de estrellas sobre unas tierras situadas en el bosque Libredón. Sorprendido busca al obispo del lugar, cuya sede era Iria Flavia, llamado Teodomiro, para contarle tan extraño suceso. Este obispo se dirigió al lugar donde pudo contemplar él mismo el fenómeno. Allí fue donde encontraron un sepulcro de piedra en el que reposaban tres cuerpos que serían identificados como el Apóstol Santiago y sus dos discípulos, Teodoro y Atanasio. Evidentemente el obispo Teodomiro era conocedor de las distintas tradiciones orales y escritas que hablaban de la presencia evangelizadora de Santiago y de cómo sus restos reposaban en nuestra tierra. El obispo reconoció este hecho como un milagro e informó al rey astur, Alfonso II el Casto; el rey ordenó la construcción de una capilla en el lugar, que se convirtió gradualmente en un importante lugar de peregrinaje, siendo el mismo rey el primer peregrino (así pasó a la historia). Esta historia está recogida en un escrito de 1077 conocido por la Concordia de Antealtares. Dice el texto:

    No hay duda alguna y para algunos es claro, como el testimonio del Papa León, que el bienaventurado Apóstol Santiago, degollado en Jerusalén y llevado por sus discípulos a Joppe (Haifa), y después de algún tiempo fue trasladado por el mar al extremo de Hispania, guiado por la mano de Dios, y fue sepultado en el extremo de Gallecia permaneciendo oculto mucho tiempo. Pero como la luz en las tinieblas, o una candela bajo el celemín no pueden permanecer mucho tiempo, con la ayuda de la divina providencia, en tiempo del serenísimo rey don Alfonso, llamado el Casto, un anacoreta de nombre Pelayo, que vivía cercano del sepulcro del Apóstol, tuvo en principio una revelación por medio de Ángeles: después se manifiesta como muchas lucecitas a los fieles que estaban en las iglesias de San Félix de Lovio; los que buscando consejo, visitaron al obispo de Iria Teodomiro y le contaron la visión. El cual, después de un ayuno de tres días, con gran cantidad de fieles, encontró el sepulcro del bienaventurado Apóstol, cubierto con piedras de mármol. Y, lleno de enorme alegría llamó enseguida al citado religiosísimo rey; el cual como era guardador de la castidad y amador de la santidad se apresuró a construir de momento una iglesia en honor del mismo Apóstol…

    Esta capilla fue seguida por una primera iglesia el año 829 y posteriormente por una iglesia prerrománica el 899, construida por orden del rey Alfonso III y finalmente se inició en 1075 bajo el reinado de Alfonso VI la construcción de la Catedral de Santiago de Compostela. Hay restos arqueológicos que corroboran la existencia de dichas capillas y construcciones. Como a su vez hay una Lauda Sepulcral del Obispo Teodomiro datada en el año 847.

Codex Calixtino

Codex Calixtino

    Por último, dentro de este apartado de documentación histórica no podemos dejar de hablar del Codex Calixtinus, titulado “Liber Santi Iacobi” del año 1139. El Codex Calixtinus pretende ser una guía de viaje del medioevo, narrando y motivando la peregrinación a Santiago de Compostela. Más que un libro es una compilación de distintos libros; estos serían 5: el primero abarca más de la mitad de la obra y contiene sermones y homilías en honor del apóstol. Aparece también una amplia recopilación de oraciones litúrgicas propias del apóstol; la segunda encierra veintidós de sus milagros; el tercero, el más breve, narra la historia del traslado del cuerpo del apóstol a Santiago desde Jerusalén. El cuarto narra la crónica del arzobispo Turpín que cuenta la entrada de Carlomagno en la Península Ibérica con una serie de hazañas legendarias: la derrota de Roncesvalles, la muerte de Roldán… Santiago aparece motivando al rey franco a que liberase de los musulmanes el sepulcro del apóstol con unas apariciones. El último, el quinto, venía a ser una guía de viaje para peregrinos franceses o procedentes de Francia, con una breve descripción final de la ciudad de Santiago y de su catedral. El nombre de Codex Calixtinus se recoge por el comienzo de la obra: un obispo, Calixto cede a la abadía de Cluny el texto para que lo conserven y lo den a conocer con el fin de motivar la peregrinación a la tumba del apóstol. Este obispo Calixto se identifica con Calixto II, Papa entre 1119-1124, antes arzobispo de Viena del Delfinado. Con toda seguridad en la abadía de Cluny se hicieron distintas copias del manuscrito, una de ellas terminó en Santiago de Compostela, en la Catedral, que ha sido conservada hasta el año pasado de donde fue sustraída.

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11 pensamientos en “El origen de la tumba del Apóstol Santiago

  1. Muy buen post, para más información de Codex Calixtinus podéis visitar http://www.codexcalixtinusfacsimil.com un saludo.

  2. Gracias por compartirnos este amplio ejemplo de la vida del Apostol Santiago, ejemplo de vida para todos y cada uno siendo valientes hasta la muerte, le toco como a San Juan Bautista, ser decapitado, y nos asombra el tipo de muerte, mas cuantas veces no decapitamos tambien a los demás con nuestro pensar o hablar o incluso actuar?, y no lo vemos igual, cuando hacemos menos a alguien o elevamos nuestro ego a la máxima potencia, siendo que el único a quien se le debe seguir es Jesús y Jesús crucificado, es decir en su donación total y completa, AMOR-DOLOR, se ofrece al Padre por todos y cada uno. ojala que mas que encontrar donde cuando y a que hora murió este gran santo veamos donde cuando y a que hora debemos dar ejemplo del gran amor de Dios al mundo.
    Pbro Lic. Eugenio García Siller, O.S.B.

  3. Muy interesantes los artículos sobre el sepulcro del Apóstol y el Códice Calixtino. Claro que el Camino encierra, junto a estos, otros numerosos misterios, que he tratado de reunirlos en un diccionario mágico. Si os interesa el tema, podéis visitar mi web andarino.blogspot.com. ¡Ultreia!

  4. Pingback: Geschiedenis van de Camino | Voorbereiding van de fietstocht naar Santiago

  5. Pingback: De geschiedenis van de bedevaart naar het graf van Sint Jacobus | De geschiedenis van de Camino

  6. Pingback: Geschiedenis van een bedevaart | De geschiedenis van de Camino

  7. Muy interesante web site. Aqui puedo obtener permiso para usar el imagen de Santiago degollado? Estoy escribiendo la historia de la influencia en mi vida de mis creyencias catolicas, desde el año 34 AD asta oy, 2016.

  8. Pingback: El Camino de Santiago y los neandertales – Claudio Collantes.com

  9. José Blas Molina y Soriano

    Reblogueó esto en El Blog de José Blas Molina.

  10. Pingback: El Camino de Santiago y los neandertales – Claudio Collantes.com

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